Arturo Soto, candidato 35 en la boleta rosa, recorre mercados por la justicia laboral

Entre aromas de guisados recién servidos, puestos de frutas frescas y el bullicio constante de compradores y comerciantes, Arturo Soto Reyes Loranca se abre paso con una convicción poco común: acercar la justicia al pueblo. Sin partido, sin estructura tradicional de campaña y con la firmeza de quien cree en una transformación profunda del sistema judicial, el candidato número 35 en la boleta rosa emprendió una serie de recorridos por los mercados y tianguis de Coyoacán e Iztapalapa para dar a conocer su proyecto de magistratura laboral.

En el Mercado de Prado Churubusco, el contacto fue directo. Locatarios con manos curtidas por el trabajo cotidiano se detuvieron a escuchar. Con voz clara y pausada, Soto explicó que esta elección histórica permite a la ciudadanía, por primera vez, decidir quiénes impartirán justicia en los tribunales laborales. “No vengo a pedir su confianza por partido, sino por convicción. Voten por quien realmente esté de su lado, por alguien que camina y escucha”, les dijo.

A lo largo del tianguis de Bachilleres, entre montones de ropa, frutas y utensilios, el mensaje fue el mismo: justicia con rostro humano. “La justicia no puede seguir dictada desde escritorios alejados de la vida real. Hay que cambiar la forma en que se juzga, usar un lenguaje que la gente entienda, y sentencias que no favorezcan al poderoso solo por serlo”, compartió con un grupo de jóvenes que se acercaron a preguntarle sobre sus propuestas.

Soto Reyes Loranca ha dejado en claro que no representa colores ni siglas partidistas, sino una causa social. “Esta no es una campaña de estructuras. Es una campaña de conciencia. Soy el número 35 en la boleta rosa, y vengo a representar a quienes nunca han tenido voz frente a un tribunal”, aseguró durante su visita a la colonia Culhuacán, donde se reunió con vecinos en un foro improvisado a pie de banqueta.

Las propuestas que lleva bajo el brazo son concretas y centradas en la gente: impartir justicia laboral centrada en los derechos de las y los trabajadores; promover audiencias con lenguaje accesible; y adoptar criterios con enfoque social y obrero en cada resolución. No hay promesas vagas ni slogans vacíos, solo el deseo de transformar la forma en que se entiende la justicia en México.

A diferencia de muchos procesos electorales, donde los aspirantes rara vez salen de sus burbujas, el candidato ha insistido en recorrer mercados, calles y colonias no como una estrategia, sino como una necesidad. “El sistema judicial está desconectado. Hay que volver a caminar, mirar a los ojos, y entender que una sentencia puede cambiar la vida de una familia entera. Eso no puede hacerse desde un pedestal”, sostuvo mientras saludaba a un adulto mayor en Iztapalapa.

Con su andar constante y su discurso firme, Arturo Soto se ha ganado el interés de quienes habitualmente se sienten ajenos a la política judicial. Su narrativa, basada en escuchar y proponer, ha convertido cada recorrido en una conversación colectiva sobre cómo debe verse el acceso a la justicia en un país profundamente desigual.

En las próximas semanas, el candidato continuará sus recorridos por más alcaldías, reforzando su llamado a participar en este proceso democrático sin precedentes. “La justicia no debe ser una élite. Debe ser una construcción social. Y eso solo lo lograremos si votamos de forma consciente”, concluyó.