El otro lado de la migración: historias bordadas por mujeres indígenas en Ovillo

En el marco del Año de la Mujer Indígena, el Teatro El Granero, Xavier Rojas, del Centro Cultural del Bosque, abre sus puertas para presentar Ovillo, una puesta en escena que ofrece una mirada profundamente humana y conmovedora sobre la migración, pero desde un ángulo poco explorado: la espera y la resistencia de quienes se quedan.

Escrita por Sonia Gregorio y dirigida por Mariana Gándara, Ovillo entrelaza las voces de cuatro mujeres originarias de Oaxaca —interpretadas por Mayra Sérbulo, Liliana Alberto, Sonia Gregorio y Xochitl Franco— que habitan la ausencia de sus seres queridos migrantes. A través de sus historias, el público conoce no solo el dolor de la separación, sino la fuerza, la creatividad y la comunidad que se tejen con cada puntada, como un ovillo de hilo que une el pasado, el presente y la esperanza.

La dramaturgia surge de testimonios reales y de la experiencia de Las Hormigas Bordadoras de San Francisco Tanivet, mujeres que encuentran en el bordado una forma de lucha y vida colectiva. Sonia Gregorio, autora y actriz, comparte que la inspiración nace de su propia historia familiar y de la conexión con estas mujeres: “Esta obra tiene que ver con esa ausencia, con cómo la vive mi madre, cómo la he vivido yo. El bordado es una metáfora del poder de lo pequeño, de cómo una aguja y un hilo pueden sostener una comunidad”.

La dirección de Mariana Gándara impulsa un montaje que privilegia la voz y la mirada de las propias mujeres indígenas, un acto de autorepresentación que rompe con estereotipos y da protagonismo a quienes habitualmente quedan en los márgenes de la narrativa migratoria.

La experiencia en escena se complementa con música en vivo a cargo de la Banda Mixanteña de Santa Cecilia, que cierra la función con un brindis simbólico al mezcal, celebrando la fuerza y la memoria de quienes se quedan y de quienes parten.

Ovillo no solo conmueve; invita a reflexionar sobre la realidad invisible de muchas mujeres que, desde sus comunidades, sostienen la vida con dignidad y esperanza. Una obra que abre el corazón y teje vínculos en el público, un llamado a escuchar y sentir esas historias que merecen ser contadas.

 

Funciones de jueves a domingo, del 15 de mayo al 22 de junio. Una experiencia escénica que honra la memoria, la comunidad y el poder femenino en el tejido de la vida.

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