La capital que desaparece: 70% de la CDMX se hunde cada año

Ciudad de México, 25 de junio de 2025.– La Ciudad de México enfrenta una crisis geológica y social de dimensiones alarmantes: el 70% de su territorio sufre hundimientos progresivos que alcanzan hasta 40 centímetros por año en algunas zonas, como Iztapalapa, lo que podría volver inhabitables amplias áreas urbanas en menos de una década.

Este fenómeno, conocido como subsidencia del suelo, se debe principalmente a la extracción intensiva de agua subterránea —a través de más de 400 pozos—, la compactación de suelos arcillosos y volcánicos, y el peso de las construcciones edificadas sobre lo que fue el antiguo lecho del lago de Texcoco. De acuerdo con estudios realizados por especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el problema ya ha alcanzado un punto irreversible.

Agua para unos, hundimientos para otros

La crisis no afecta a todos por igual. Las zonas más impactadas por el hundimiento del suelo coinciden con áreas de alta marginación, donde el acceso al agua potable es irregular y las inundaciones son recurrentes durante la temporada de lluvias (junio a octubre). Por contraste, desarrollos inmobiliarios de lujo en zonas céntricas y de mayor poder adquisitivo cuentan con abastecimiento constante, aunque a un costo más elevado.

Además, el 70% del suelo capitalino es considerado inundable, debido a la pérdida de permeabilidad causada por el asfalto, la canalización de ríos y el crecimiento urbano descontrolado. Esta situación agrava las anegaciones y daños materiales, principalmente en zonas con menos infraestructura de drenaje.

Monumentos inclinados y ciudades que colapsan

Ni siquiera los íconos de la ciudad escapan al impacto. Monumentos como el Ángel de la Independencia han requerido ajustes estructurales debido al hundimiento desigual del terreno. Las afectaciones también se extienden a redes de agua, drenaje y transporte público, cuyos costos de mantenimiento y reparación se han disparado en los últimos años.

¿Hay salida?

Frente a este panorama, científicos de la UNAM proponen desconcentrar la capital como una solución a largo plazo. Sugieren crear nuevos polos urbanos planificados fuera del Valle de México, equipados con servicios básicos, empleos y transporte. Asimismo, plantean el traslado gradual de industrias e instituciones públicas para disminuir la presión demográfica y ambiental sobre la ciudad.

El tiempo corre

La Ciudad de México está en una cuenta regresiva. Si no se implementan acciones urgentes de adaptación, redistribución urbana y gestión eficiente del agua, miles de personas podrían verse forzadas a abandonar sus hogares en un futuro cercano, marcando el inicio de un proceso de desplazamiento interno sin precedentes.

Lo que ocurre bajo nuestros pies podría terminar redefiniendo el mapa del país. La CDMX, una de las urbes más grandes del mundo, se hunde no solo en lo geológico, sino en lo social y lo ambiental. Y el reloj avanza.

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