Una conversación bajo la sombra de un árbol en una plaza de Campeche, un apretón de manos en las calles de Las Sabinas en Nuevo León, y la atención de estudiantes en una universidad de Yucatán. Así, sin discursos grandilocuentes pero con convicción, Sergio Gutiérrez Luna, presidente de la Cámara de Diputados, emprendió una gira nacional con un propósito claro: fomentar el voto informado en la Elección Judicial del próximo 1 de junio.
La gira, que abarca Hidalgo, Nuevo León, Tamaulipas, Campeche, Yucatán, Puebla y Aguascalientes, busca acercar un proceso electoral sin precedentes a los ciudadanos comunes, alejando al Poder Judicial de la opacidad y acercándolo, por primera vez, al juicio directo del pueblo. Se trata de una apuesta histórica por democratizar la justicia desde sus cimientos.
“No es solo una boleta, es la oportunidad de construir un nuevo rostro para la justicia en México”, señaló Gutiérrez Luna durante su recorrido por Puebla. Con esta premisa, la gira se convierte en una herramienta de transformación democrática, en donde cada encuentro busca informar y motivar a los ciudadanos para participar activamente en un proceso que definirá a jueces, magistrados y ministros.
La estrategia del diputado es clara: territorio, cercanía y pedagogía. En lugar de campañas digitales frías o spots impersonales, Gutiérrez Luna apuesta por el diálogo directo, por la escucha activa en mercados, escuelas, parques y colonias populares. Su presencia en estos espacios rompe con la imagen tradicional del político distante, y da paso a un servidor público que camina junto a la ciudadanía.
En Aguascalientes, un grupo de adultos mayores expresó su agradecimiento por la claridad con la que se les explicó el proceso. “Nunca imaginamos que podríamos elegir a quienes imparten justicia. Esto es nuevo, y también es esperanzador”, comentó una de las asistentes a una asamblea comunitaria.
La gira no es solo informativa; también es un acto de responsabilidad institucional. Gutiérrez Luna ha reiterado que el objetivo es fortalecer el vínculo entre el Poder Legislativo y la sociedad, y garantizar que las reformas en materia judicial no se queden en el papel, sino que se traduzcan en mayor participación, transparencia y legitimidad.
En Yucatán, la recepción de jóvenes universitarios fue entusiasta. Muchos se mostraron sorprendidos por el alcance de esta elección. “Sabíamos que votaríamos, pero no sabíamos exactamente por quién ni para qué. Hoy entendemos que esto puede cambiar cómo se imparte justicia en el país”, dijo uno de ellos.
Con cada paso, el presidente de la Cámara de Diputados no solo promueve el voto, sino que planta una semilla de corresponsabilidad cívica. En su propia voz: “No puede haber justicia sin participación. No puede haber democracia sin conciencia.” La gira apenas comienza, pero ya marca un antes y un después en la historia de la relación entre el pueblo y sus instituciones judiciales.
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