Una nueva subvariante del COVID-19, conocida como nimbus, ha comenzado a propagarse rápidamente en varias regiones del mundo. Esta variante, cuyo nombre científico es NB.1.8.1, es un sublinaje de ómicron, la cepa dominante del SARS-CoV-2, y ha generado especial atención entre la comunidad científica por su capacidad de transmisión acelerada.
Nimbus fue detectada por primera vez en China a principios de 2025 y para finales de abril ya era la variante dominante en ese país. Desde entonces, se ha reportado su presencia en el sudeste asiático, en gran parte de Europa y en Estados Unidos, lo que confirma su llegada al continente americano. También se han registrado casos crecientes en Singapur, el Mediterráneo oriental y la región del Pacífico occidental, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Aunque las autoridades sanitarias, como el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), señalan que la variante parece ser más contagiosa pero no necesariamente más letal, la recomendación es mantener una vigilancia estrecha. Especialistas advierten que, si bien la circulación del virus ha disminuido en algunos países, la inmunidad de la población podría haberse debilitado, lo que facilitaría nuevos brotes, especialmente durante el verano europeo.
Ajibola Omokanye, experto del ECDC, subraya que el coronavirus sigue mutando de formas impredecibles, por lo que es fundamental no bajar la guardia. Explica que aunque el SARS-CoV-2 se está volviendo más endémico en algunas zonas, aún no puede considerarse un virus estacional como la gripe, y requiere una vigilancia continua, tal como se hace con otros virus respiratorios importantes.
En países como Estados Unidos, nimbus ha pasado de representar apenas el 5 % de los casos de COVID-19 a ser responsable del 33 % en tan solo un mes, según datos actualizados al 7 de junio por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). En otras naciones, como Bangladesh, ya se han reportado muertes asociadas a esta subvariante, especialmente en poblaciones con acceso limitado a servicios de salud.
Uno de los síntomas característicos de nimbus, además de los comunes a otras variantes de ómicron como fiebre, fatiga, dolor muscular, tos, congestión nasal, náuseas y diarrea, es un dolor lacerante en la garganta que, aunque no es exclusivo del COVID-19, se ha reportado con mayor frecuencia en pacientes contagiados con NB.1.8.1. Ante la sospecha de casos con síntomas graves o que empeoren, se recomienda realizar pruebas diagnósticas.
Los expertos insisten en que las medidas de protección conocidas desde el inicio de la pandemia siguen siendo efectivas: el uso de mascarilla, el distanciamiento social y la vacunación, especialmente para los grupos de riesgo y personal sanitario. La OMS ha recordado que las vacunas continúan adaptándose a las nuevas variantes, y que mantenerse al día con las dosis de refuerzo es clave para minimizar los efectos graves de la enfermedad.
Desde el punto de vista genético, nimbus ha llamado la atención por presentar dos mutaciones relevantes en la proteína de la espícula, las estructuras que permiten al virus adherirse a las células humanas. Estas mutaciones podrían facilitar que la subvariante escape parcialmente de los anticuerpos generados por infecciones previas o por la vacunación, lo que explicaría su mayor capacidad de transmisión.
Por ahora, tanto el ECDC como la OMS han clasificado a nimbus como una Variante Bajo Monitoreo (VUM), la categoría de menor riesgo en la clasificación internacional, por debajo de las Variantes de Interés o Variantes de Preocupación. Sin embargo, su crecimiento acelerado y su presencia en múltiples continentes han motivado a las autoridades a recomendar precaución y mantener protocolos de seguimiento.
Aunque nimbus parece menos grave que otras variantes anteriores, su rápida expansión, sumada a la disminución de la inmunidad en algunas regiones, podría generar nuevos retos en los próximos meses. Por ello, la vigilancia continua, la aplicación oportuna de vacunas y la adopción de medidas preventivas siguen siendo esenciales para contener su avance.
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