La psilocibina, el principal ingrediente psicoactivo de las llamadas setas mágicas, podría ofrecer un alivio significativo y duradero contra la depresión mayor. Un nuevo estudio presentado en la conferencia Psychedelic Science 2025 en Denver reveló que una sola dosis de este compuesto podría mantener sus efectos terapéuticos hasta por cinco años, ofreciendo esperanza a quienes padecen trastornos depresivos resistentes a los tratamientos convencionales.
El seguimiento se realizó a pacientes diagnosticados con trastorno depresivo mayor que participaron en un estudio previo en 2020, donde recibieron una dosis de psilocibina acompañada de sesiones de psicoterapia. Alan Davis, coautor del estudio y director del Centro de Investigación y Educación sobre Drogas Psicodélicas de la Universidad Estatal de Ohio, señaló que la mayoría de los participantes reportaron mejoras notables en la intensidad y forma de experimentar la depresión, beneficios que se extendieron hasta cinco años después de recibir el tratamiento.
De los pacientes evaluados, el 67% aseguró estar en remisión de la depresión cinco años después de la administración de psilocibina. Además, muchos de ellos experimentaron una reducción de la ansiedad y una mayor facilidad para desenvolverse en su vida cotidiana. Incluso entre aquellos cuya depresión regresó, varios afirmaron que mantuvieron cambios positivos en su actitud, perspectiva y capacidad para realizar actividades significativas.
El potencial de la psilocibina como antidepresivo ya había sido documentado en el ensayo clínico original, publicado en JAMA Psychiatry en 2020, donde 24 pacientes recibieron una dosis de psilocibina combinada con psicoterapia. Un mes después, la mayoría reportó mejoría, y 14 de ellos alcanzaron una remisión completa. Lo que destaca de este tratamiento es que, a diferencia de los antidepresivos tradicionales que requieren consumo diario, la psilocibina muestra efectos duraderos con solo una o pocas administraciones.
Doug Drysdale, director ejecutivo de la farmacéutica canadiense Cybin, quien no participó en la investigación, calificó los resultados como «muy alentadores» y subrayó el gran potencial de los psicodélicos para tratar no solo la depresión mayor, sino otros trastornos mentales. Sin embargo, Drysdale y otros expertos también advirtieron que se requieren más estudios rigurosos y controlados para validar estos efectos a gran escala.
Los investigadores reconocieron que otros factores, como las sesiones de psicoterapia adicionales o el uso de otros antidepresivos durante los cinco años posteriores, pudieron haber influido en los resultados. Además, señalaron que la muestra no representa a toda la población con depresión, por lo que no es concluyente para todos los pacientes.
Más allá de la depresión mayor, la psilocibina también se investiga como posible tratamiento para otras condiciones, como la depresión posparto y el trastorno límite de la personalidad. En este contexto, estudios recientes sugieren que este tipo de terapias psicodélicas podrían mejorar la conexión emocional y la sensibilidad materna en madres primerizas, lo que impactaría positivamente en la relación madre-lactante.
El creciente interés por los psicodélicos como tratamientos médicos ha llevado a instituciones como la Clínica Cleveland y la Universidad de Nueva York a realizar ensayos clínicos controlados para evaluar su seguridad y eficacia. Los expertos coinciden en que, aunque los resultados preliminares son prometedores, estas terapias deben aplicarse exclusivamente bajo estricta supervisión médica para evitar riesgos como ansiedad extrema, alucinaciones descontroladas o efectos cardiovasculares adversos.
El Dr. Marc Siegel, profesor clínico de medicina del Centro Médico Langone de la NYU, destacó que el uso médico de psicodélicos puede tener un gran valor terapéutico si se administra cuidadosamente, pero advirtió sobre los peligros de su uso recreativo no regulado.
Aunque aún queda camino por recorrer para consolidar a la psilocibina como un tratamiento ampliamente aprobado, este estudio fortalece la idea de que una sola dosis puede cambiar el rumbo de la depresión a largo plazo, ofreciendo una nueva ventana de esperanza para millones de pacientes en todo el mundo.
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