El melanoma es el tipo de cáncer de piel más agresivo, pero también uno de los más prevenibles si se detecta a tiempo. Aunque representa una menor proporción de los cánceres cutáneos, causa la mayoría de las muertes asociadas. Se origina en los melanocitos, las células encargadas de producir melanina, el pigmento que da color a la piel. Su capacidad para crecer rápidamente y diseminarse a otros órganos hace que sea fundamental identificarlo en etapas tempranas.
Cada 23 de mayo se conmemora el Día Mundial del Melanoma, una jornada dedicada a la concienciación sobre esta enfermedad. Es una oportunidad para revisar lunares sospechosos, informarse sobre los factores de riesgo y consultar a un especialista. En México, el melanoma representa alrededor del 3 % de los tumores, pero lo preocupante es que el 80 % de los casos se diagnostican en fases avanzadas, lo que complica el tratamiento y reduce las posibilidades de curación.
Entre los sitios más frecuentes donde aparece este tipo de cáncer en México están las extremidades inferiores, especialmente debajo de las uñas y en las plantas de los pies. En estas zonas suele manifestarse como una mancha negra que crece con el tiempo y no desaparece. Aunque suele afectar a personas mayores de 60 años, también está aumentando su incidencia entre jóvenes. Esto se relaciona con la exposición prolongada al sol sin protección, las quemaduras solares en la infancia y el uso de camas de bronceado.
Detectar un melanoma puede ser tan sencillo como observar un lunar. Para facilitar esta autoexploración, los dermatólogos recomiendan seguir la regla ABCDE, que indica los signos de alarma:
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A: Asimetría (los dos lados del lunar no son iguales)
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B: Bordes irregulares (mal definidos o dentados)
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C: Color desigual (varios tonos o cambios de color)
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D: Diámetro mayor de 6 mm
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E: Evolución (cambios en tamaño, forma, color o síntomas como picor o sangrado)
Fotografiar los lunares y compararlos con el tiempo puede ser útil para detectar cambios. Y ante cualquier duda, lo mejor es acudir con un dermatólogo.
El tratamiento del melanoma ha avanzado significativamente. Si se detecta en etapas iniciales, suele bastar con una cirugía para extirpar el tumor, con excelentes tasas de curación. En casos más avanzados, se recurre a inmunoterapia —que estimula al sistema inmune para combatir el cáncer— y a terapias dirigidas que atacan mutaciones específicas. Aunque la quimioterapia ha perdido protagonismo, aún se utiliza en ciertos contextos. Gracias a los avances médicos, la supervivencia ha mejorado en los últimos años.
Sin embargo, la prevención sigue siendo la herramienta más eficaz para combatir esta enfermedad. Usar protector solar con factor 50 todos los días, evitar exponerse al sol entre el mediodía y las 4 de la tarde, usar ropa adecuada, gafas oscuras y sombrero, así como evitar las camas de bronceado, son hábitos clave. Además, es importante proteger especialmente la piel de los niños, hacer autoexploraciones regulares y acudir al dermatólogo al menos una vez al año.
El melanoma puede parecer inofensivo, como un simple lunar, pero ignorarlo puede tener consecuencias graves. Este 23 de mayo, realiza el gesto más sencillo y valioso: revisa tu piel, protege tu salud y consulta a un especialista si algo te preocupa. Tu piel puede salvar tu vida.
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