A un año de ser sede de la Copa Mundial de la FIFA 2026, Monterrey se alista para ser protagonista no solo dentro del campo, sino en la experiencia completa que ofrecerá a sus habitantes y visitantes. Con la llegada del Mundial, esta ciudad del norte de México, conocida por su icónico Cerro de la Silla, espera dejar un legado que transforme la vida de los regiomontanos y de los habitantes del municipio de Guadalupe, donde se celebrarán los partidos.
Alejandro Hütt, presidente del Comité Organizador del Mundial en Monterrey, ha destacado que la apuesta va más allá de solo recibir encuentros futbolísticos. La meta es que el evento mundialista sirva como un motor de cambio para la comunidad, fomentando el desarrollo y la unidad. Monterrey será sede de cuatro partidos durante junio de 2026: tres encuentros de fase de grupos y uno de dieciseisavos de final, todos en el moderno Estadio BBVA, con capacidad para 53,500 espectadores.
El estadio, inaugurado en 2015, mantendrá su estructura original con algunas mejoras clave, como un nuevo césped equipado con tecnología avanzada de oxigenación, ventilación y drenaje, garantizando las mejores condiciones para el espectáculo deportivo. Además, las autoridades trabajan para reforzar la seguridad, optimizar la movilidad y preparar instalaciones de primer nivel para los equipos, incluyendo campamentos cómodos y canchas de entrenamiento óptimas.
La pasión futbolera en Monterrey está en su punto más alto con la reciente incorporación del español Sergio Ramos a los Rayados, lo que ha incrementado la expectativa y el entusiasmo entre los seguidores. La ciudad es un escenario de rivalidad sana donde hinchas de Rayados y Tigres UANL se dividen el apoyo, pero durante el Mundial, con la iniciativa de vestir un jersey morado autorizado por la FIFA, se promoverá la unidad y el disfrute conjunto del fútbol, superando diferencias.
Más allá del presente, Monterrey guarda una historia emotiva con la Copa del Mundo. En 1986, fue testigo de una de las eliminaciones más dolorosas de México, al perder contra Alemania en tanda de penales después de un empate sin goles. Sin embargo, la realidad de hoy es diferente: aunque Monterrey no será sede de partidos con la selección mexicana, la ciudad se prepara para recibir a selecciones de alto calibre, como la posible participación de Portugal, y espera vivir encuentros memorables con las figuras más destacadas del fútbol mundial.
El Fan Festival en el Parque Fundidora será otro punto fuerte del Mundial, con la expectativa de congregar a más de dos millones de aficionados durante el evento. Esta celebración a pocos kilómetros del estadio promete ser el corazón social y festivo que acompañará la magia de la Copa.
Con todo esto, Monterrey no solo será escenario de fútbol; será un lugar donde se creará un ambiente inolvidable, una oportunidad para renovar el espíritu deportivo y fortalecer la identidad regional, dejando un legado que perdure mucho después de que se apaguen las luces del Mundial.
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